El otro rico

Soy ese rico vestido de púrpura y de lino : soy tuya, Señor; a los ojos del mundo, estoy más cerca de ti. Soy ese hombre que banquetea espléndidamente cada día : lo he dado todo por ti; valiente –dicen–: lo he dejado todo. Soy ese epulón que acumula riquezas en vida; lechos de marfil, vino en copas, perfumes exquisitos . No, no me pesa el desastre de José , ni el de Lázaro ; ni siquiera me compadezco de quien a mi lado está sufriendo. En realidad, no me tomo en serio tu cruz. Tengo fajos de soberbia, soy rica en prejuicios, enloquezco de tanto pensar. Estoy cubierta de llagas , provocadas por el pecado. No hay perros alrededor, pero el demonio se acerca para reírse de mí. Estoy en medio de los tormentos : me desespero, me torturan estas llamas en vida, me arde todo por dentro. Dame un poco de agua, por favor, aunque sea con la punta del dedo ... He comprendido lo que debo hacer con Lázaro y con tantos otros hermanos a los que doy la espalda cada día: amarlos. Tú mismo lo dejaste cla...